Un 12 de octubre partía de este mundo el joven Andrzej Krzepkowski con tan solo 36 años. Ingeniero y escritor polaco de ciencia ficción, para muchos un perfecto desconocido. Por eso es que en la revista hemos decidido homenajearlo. Porque de los famosos se acuerda todo el mundo y sin embargo la ficción especulativa en particular, pero más aún la ficción en general, se conforma más que nada con el aporte de los ilustres desconocidos. Esos que día a día invierten tiempo en engrandecer las letras solo por amor al arte y nada más.
Se graduó en una escuela secundaria de la que no tenemos datos, en 1971, pero sus primeros y vanos intentos de escribir ciencia ficción se habían visto al fin coronados un año antes con su debut en la revista «Perspektywy». En su momento, fue uno de los escritores más controvertidos de la joven generación de fantasiosos polacos.
Ya siendo poseedor de un postgrado en Electrónica, lo encontramos trabajando para la revista «Alfa», encargado de seleccionar los textos de las tiras cómicas. De 1982 a 1985 ocupó el cargo de jefe del Departamento de Reportajes e Información del mensual «Fantastyka», revista fundada en 1982 por él mismo junto a los también amantes de la ciencia ficción Jacek Rodek y Andrzej Wójcik y bajo la dirección del escritor y periodista Adam Hollanek. Luego, de 1985 a 1987 trabajó en el departamento editorial de Ciencia Ficción de la Agencia Editorial Nacional KAW. Fue miembro de la «World SF» y del «Club de Entusiastas de la Fantasía y la Ciencia Ficción» de su país, el OKMFiSF.
Como hemos dicho, debutó formalmente como autor de ciencia ficción en 1970 con dos relatos cortos: «Cerebro» y «Hombre con cerebro de joroba» publicados en «Perspektyw» (lamentablemente sin datos sobre dicha revista).
A lo largo de su corta vida ha publicado sus trabajos en «Młody Technik», las mencionadas «Perspektywy» y «Fantastyka» (hoy «Nowa Fantastyka») así como en «ITD».
En 1978 se publicaba su primera colección de cuentos: «Planetas Indiferentes» con títulos tales como «Desde la Tierra», «Cerebro», «Lluvia», «Primera etapa», «Explorador», «Posición indeterminada», «Cóctel de mariquitas», «Ganador», «Fábrica de nubes», «Devorador de almas», «Mina», «Baile a cuatro manos», «Planetas indiferentes» y «Cabaña en algún lugar del espacio».
Un año después (1979) publica la novela «Obszar nieciąciąości» («Zona de discontinuidad») junto a Andrzej Wójcik como coautor. Traducida al alemán recién en 1984. En 1982 la publica la novela «Śpiew kryształu» («Canto de cristal») y «Kreks». En 1987 la novela Z nieba i z ognia, z nieba i z mgły («Del cielo y del fuego, del cielo y de la niebla»).
Krzepkowski surgió al mundo de la ciencia ficción en el momento justo. Precisamente cuando se conformaba una nueva generación de autores más inclinados a enriquecer la ciencia ficción polaca con una prosa sociológica en lugar de conceptos tecnológicos fríos.
De ahí que las inspiraciones de una experiencia generacional común se puedan encontrar en su obra de manera muy patente. Tanto en los relatos cortos publicados en las revistas (y que luego serían recogidos en el volumen «Obojętne planety» («Planetas indiferentes»), así como en la novela «Obszar nieciągłości» («Zona de discontinuidad»), que forma parte de la vertiente de ficción sociológica y política polaca de Edmund Wnuk-Lipiński, Janusz A. Zajdel, Maciej Parowski y Marek Oramus.
No obstante, en los escritos de Krzepkowski podemos encontrar varios rasgos de un carácter mucho más individual. En primer lugar, hay una especie de pintoresquismo, una plasticidad de visión dictada por una considerable dosis de imaginación. En segundo lugar, un intento de experimento formal, no sólo a través de las probadas disposiciones de la novela psicológica (simultaneidad de la narración, descronologización de la trama), sino a través de construcciones que abarcan la totalidad del material literario (el controvertido Kreks como ejemplo de un enfoque no convencional de la relatividad del tiempo, el espacio y la interferencia en la psique humana, que debería ir acompañado de una transformación de las formas literarias de descripción del mundo). El protagonista de Krzepkowski, a diferencia de otras figuras literarias de los años 70, adopta una postura romántico-heroica frente a los males del mundo circundante, buscando la salvación en la amistad y el amor.
Es aquí donde la prosa de Krzepkowski es más interesante: en las pequeñas escenas realistas, los retratos de situación, en el sutil erotismo que impregna las páginas de la novela. El autor no rehúye la emoción, su forma de observar el mundo –aparentemente brutal y dura– por momentos se acerca al lirismo y a una especie de poetismo, plasmado en un estilo delicado y suave.
¿Lo han leído? ¿Le darían una oportunidad? Déjennos conocer su opinión, en caso de haber podido disfrutar ya de su, por estas latitudes, rara prosa, lo mismo que si desean conocer más del tema.